Aprovechando que la tarde está
indecisa voy a echar un ratillo escribiendo aquí a ver si me da sueño. Anoche
no dormí; podría contar con los dedos de una mano las noches en vela que paso
al año. Quizás fue el exceso de recuerdos que me metí ayer mientras aseaba el disco duro
del portátil. Muchas fotos desordenadas y olvidadas que me trajeron un poco de
añoranza, escritos inacabados que me sorprendieron y música de esa que ya no
quiero escuchar. Limpieza total.
Y ya en bucle, mientras la melancolía
y yo nos perseguíamos, pensaba en la
vida sentimental tan improductiva que he tenido. A veces amagaba una lagrimilla
con alguna foto pero regresaba a mi ojo inmediatamente. Ayer estaba fuerte, hoy
estoy fuerte. Limpié el ordenador y asenté los
pilares para lo que está por venir no sin antes reconocer que no sé querer y
menos amar. Quizás mi incapacidad para el querer me ha impedido apreciar el
amor que algunas personas me quisieron dar…¿o será al revés? A saber qué fue
antes. Tengo que reconocer que aún ni sé abrazar porque siempre lo he evitado.
Al igual que besar. Una inútil.Y ya es tontería cambiar pues el tiempo perdido no me enseñó
nada y esa carencia ya no se puede poner al día cuando cada vez más, huyo del
amor. Mientras jugueteaba con mi travieso desvelo (es que me dio tiempo a todo,
jijee) asumí lo injusta y fría que había sido con todas mis parejas. Todas. Siempre fui
yo la parte mala, la que cojeaba. Mi incapacidad para expresar mis sentimientos
y mi miedo a herir, dañaban. Sin querer destrocé momentos de sus vidas que
deberían de haber entregado a otras personas. Me duele hacer daño, me duele
cada vez más no saber querer. Afortunadamente, y debido a mi pereza emocional,
fueron muy pocas. También las podría contar con los dedos de una mano. (Las
amantes no cuentan, son amantes y ni aman ni se aman).
Me había propuesto antes de acabar
el año ennoviarme y anoche tiré la toalla. No estoy receptiva y encima me viene
una carga brutal de trabajo con esto de la democracia. Sigue la anemia
implacable y en un mes he perdido cuatro kilos. Hubo tiempos mejores para el
amor y no fue. Así, ahora menos. Mejor ser una carga para mí misma y un castigo
para nadie. Y estoy fuerte y quizá por ello, lúcida. Ya veremos la próxima
década, antes no me veo.
Comentarios
Besos mil.
Saludos
Nieves
Saludos mirando al mar
N