Hace años que no me ilusionaba ni
motivaba tanto emprender un viaje. Y es que este es especial. Atravesar el país
sin prisa, conduciendo sola sin haber planeado aún la vuelta, me tiene el
corazón contento. No es la primera vez que voy sola de vacaciones pero,
adentrarme a vivir en un monasterio durante unos días con todo lo que eso
conlleva, sé que va a ser más que una experiencia religiosa. Algunas personas
no lo entienden, incluso me han preguntado si estoy depre. Las que me conocen
de verdad saben lo que busco e incluso temen que no vuelva. No será esta vez.
En fín, poco equipaje, un par de
libros, papel, bolígrafo y sería aconsejable unas gafas para la presbicia que
no puedo ignorar más. Tengo el corazón contento e ilusionado.
Comentarios
Espero que se cumplan todas tus expectativas.
Pasala lindo! :)
Besos mil.
Carmen, serán los pies los que se dirijan donde el corazón mande. Besos mil.
Mil besos.