Acaba un mes largo que trajo mucha actividad y sorpresas. Ha estado bien. La verdad es que cada día lo disfruto más pero a mitad de Febrero se me acaba el chollo aunque a esto de la jubilación lo mismo le cojo el gusto y me aferro a seguir un día más. Si tuviera que elegir un mes para morir sin duda sería Mayo pues por algo es mi favorito. Llevo un par de meses preparando el equipaje para el último viaje. En la casa parece que me voy de mudanza; montoncitos de cajas, libros, objetos de lo más variado a los que asigno un nombre en mi cabeza. Creo que es importante hacer las cosas bien y evitar sobretodo que nadie tenga que revolver tus cosas, tus ropas, tus papeles...Iré deshaciéndome poco a poco de todo e imagino o más bien deseo tener la cabeza clara y la fuerza suficiente para borrar cualquier huella digital: eliminar cuentas de correo, datos en el móvil, formatear ordenador, tablet y blog. Mañana iré a recoger mis pertenencias a la oficina, vaciaré mi taquilla, mi mesa y la mayoría sé que acabarán en un contenedor de basura antes de llegar a casa. Ya he tirado cosas que antes fueron pequeños tesoros y es que al final comprendí que son inútiles y prescindibles. No me aferro ya a nada, me siento liberada y es como si de repente me hubieran salido alas y tan sólo deseo el momento de echar a volar.
Y será fácil
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