Ajustes

 

 

 

Llevo unas semanas que el tiempo me pasa lentamente. Empiezo a saborear las horas como si fueran deliciosos manjares a la vez que ya no distingo el dulzor en mi paladar. Compensa. Me he vuelto una persona organizada y ordenada ahora que mi madre no puede verme, o quizás sí que me vea. Cada día la añoro más aunque entiendo que se marchó en un buen momento evitando terribles dolores que han golpeado a la familia.

Creo firmemente que nos reencontraremos tras la línea que nos separa ahora, que me esperan todos los seres queridos que he ido perdiendo a lo largo de mi vida como mis abuelos, mi padre, mi hermano, mi cuñada, tíos y amigos. En Navidad las circunstancias no dieron para añorarlos tanto como ha sucedido esta Semana Santa en la que la consciencia ha intentado mantenerlos vivos reafirmando todas las cosas que hacíamos juntos. Ha sido una semana preciosa, de recuerdo y homenaje, de respeto y mucho amor con la vista puesta en dejar todas las tareas hechas y no ser una carga para nadie. Ahora ya puedo presumir de ser feliz.

 

 


 

Comentarios

Si ha dicho que…
No sabes cuanto me alegra leerte de nuevo Carmelita y comprobar que estás animada.Nadie puede explicar más con tan pocas palabras.
Mil besos
Melita ha dicho que…
Ya sobran todas las palabras. Besos mil.