Tiempo perdido

 

 

A veces parece que ando sorda y sólo, en algunos momentos, el tic tac de  un reloj de arena  que me robaron hace algún tiempo me atormenta levemente al recordarme que sigo viva. Empiezo a disfrutar de mis sueños y me río de pesadillas que reconozco al instante haciéndome la dormida para descubrirles un final que nunca llega. Los sueños nunca acaban. Quizás por eso se repiten una y otra vez sin enseñarnos nada.

 


 

 

Comentarios

Noelia Cano ha dicho que…
Este escrito transmite desánimo, espero que ese disfrute de los sueños te traiga de vuelta a una realidad en la que seguir viva sea motivo de celebración.
Un abrazo.
Melita ha dicho que…
No es desánimo, es pura melancolía por no ver el resultado final a nada.