Disfruto del solecito en mi
terraza desde donde observo las primeras nieves que cubren ligeramente las
cimas de la sierra y respiro nuevamente un trocito de otoño. El próximo fin de
semana nos robarán una hora de luz que nos devolverán cuando ya no se necesiten. Estoy cansada este lunes. Ha
sido un finde intenso pero entrañable. A
saber si la felicidad existe realmente pero, lo que me ha quedado clarísimo, es
lo bien que se está con la compañía adecuada. Podemos elegir y eso es lo que
hacemos. Doy gracias por la suerte que tengo al atinar.
A veces deseo lo que me falta , que ninguna falta me hace. No soy perfecta.
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Un abrazo.
Mil besos.