Llegó el verano, la estación que menos me gusta y afortunadamente este año ha empezado con suaves temperaturas. Por ahora pocos planes porque aun tendré que adaptarme con prudencia a la normalidad de siempre. Ya vacunada. En unos días volveré a sentir el placer de pasear sin mascarilla y podré comerme los helados sin ésta colgando de una oreja. Estoy feliz y descansada, he vuelto a mi rutina de sueño , a mis paseos vespertinos de montaña y a un día a día sin sobresaltos que disfruto con la tranquilidad de las tareas bien hechas. Feliz. Que dure.
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Y la canción preciosa.