Hoy es un día de esos en el que deseas que el sol repose un rato más acomodado en el balcón sin dejarte a solas con la memoria. Soy un saco repleto de recuerdos y tiempo malgastado, incapaz de enderezar la curva de la vida ahora que vienen épocas de escarcha, caminos cenicientos y abrazos de esparto. Los besos quedaron a medias, las palabras calladas y el corazón hueco a una esperanza que se desvaneció, como una niebla espesa, sin dejarnos la prometida tarde luminosa.
Esperar, contener la respiración, cerrar los ojos y olvidar. O esperar.
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