Sabía que te echaba de menos antes de partir y mi último quizás, lentamente se ha ido convirtiendo en un para siempre. Ayer nos quedaron cautivas demasiadas palabras y no bastan ya las miradas que se buscan ansiosas mientras evitamos enamorarnos para contener el deseo que arrastran nuestros cuerpos agotados. Ahora miro esta piel en mi lecho desnuda y no veo más que tus huellas. Cierro los ojos y los vuelves a abrir con tu sonrisa mientras un par de mariposas juguetean en mi estómago bajo la atenta mirada de un corazón entregado. Me desarmaste. Ya solo deseo encarar esa vida que nos inquieta junto a ti.
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Tq
Mil besos