Año nuevo

 

 

 

Al final se me han hecho cortas. Desde chica siempre mi año natural empieza con el curso escolar y no con el del calendario. Imagino que me tomaba las vacaciones como una tregua/reflexión con lo ocurrido en los meses anteriores y ponía punto y final estos días a una etapa.

Este año, como para todo el mundo, ha debido ser el más raro que he vivido. Y no puedo decir que haya sido malo, sólo complejo y extraño. Sin duda es el que he vivido con más madurez por la cantidad de problemas que fueron surgiendo y cómo los he ido solucionando. Ha sido cuestión de paciencia y saber estar, sin volver la espalda a nada ni a nadie. No sabemos lo fuertes que somos hasta que se nos pone a prueba. Lo soportamos y superamos todo si somos capaces de transformar las dificultades en experiencias positivas.

Me quedo con todo lo bueno que me ha dado el año y olvido las insignificancias  y tonterías que no merecen ni ser recordadas. La vida es eso, aprender para superar. Este año lo empiezo con mucho entusiasmo e ilusión. Este verano además aprendí el significado de una “una palabra” y esta,  me ha arreglado la vida. Si ya he llegado así hasta aquí... ¿qué puedo temer?

 


 

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