Ya no creo en las casualidades
Hace unas noches, cenando en un
restaurante para celebrar mi cumpleaños, salí a fumar al jardín de este y a los
pocos segundos apareció alguien también
a fumar con quien entablé una breve pero entrañable conversación mientras comentábamos la buena noche que
hacía y el cielo tan estrellado por la
ausencia de luna y privilegiada situación sin luces contaminantes. Y no le conoces de nada pero te saca una sonrisa y un puñado
de sentimientos refrescantes. De cómo acabamos donde estamos, del regalo de poder elegir, de
rectificar y me soltó esta frase de una preciosa canción de Chávela Vargas que
nunca había escuchado: Las simples cosas. La noche fue larga y yo solo pensaba
en buscar esa canción y escucharla entera. Sin palabras.
Cumplido un año más, y te das
cuenta que casi siempre contienen todos lo mismo. Se te repiten sentimientos,
personas y oportunidades iguales o casi, pero cada vez los vives de manera diferente y en este
caso, quizás por la edad y experiencia,
consigues que ya nada te tumbe porque dejaste de añorar el tiempo perdido.
Así hoy, otro encuentro nada
casual por mucho que lo parezca y que me ha hecho entender que no fue culpa
mía. Y me sacó una pícara sonrisa de alivio y paz. Gracias M.
Mañana volveré a uno de esos
sitios donde amé la vida. Es tan fácil con la conciencia tranquila…
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Mil besos.