A la ignorancia se le ha sumado
el optimismo en común osadía. Aún quedan seres por ahí empeñados en ver una
parte buena a esta pandemia que nos tiene atados de pies y manos además de
amordazados. Y no tiene nada bueno, nada, cuando la gente se va sin querer,
espera sin esperanza o teme sin remedio. Hay que ser muy cretinos para creer
que esta desgracia nos va a hacer en algo mejores ignorando que su alargamiento
puede llevarnos al canibalismo, atreviéndose incluso, a bautizar el futuro inmediato
como “nueva normalidad”. Ni a Dios se le
ocurriría.
La normalidad no es ni vieja ni
nueva y se llama precisamente así porque es lo de siempre, días distintos pero
con más de lo mismo que se adapta al capricho del hombre que moldea el mundo
según sus necesidades y no al contrario. Es posible que estemos asistiendo a
los últimos coletazos del mundo digital y adentrándonos en el cuántico pero,
sin duda, nada me va a hacer olvidar que juré lealtad como cazadora de cronopios.
Lo que me acuerdo estos días de esta película. Y lo mucho que se parece este tipo al marqués.
Comentarios
Aparte, lo que hasta ahora hemos conocido como "normalidad" es lo que nos ha llevado a este punto, ¿de verdad deseamos volver a ello?
Un beso.
Un beso.
Yo también quiero la normlidad de siempre Carmelita.
Mil besos