Días de relax. Otra vez frente al
mar. Sin planes, sin reloj que marque actos no apetecibles y horas llenas de
buenos sueños sin límites. Febrero es un gran mes aunque sea el más corto, y es
que siempre sobran días, casi siempre
los malos y al menos de este disfrutaré un tercio de ellos viviendo una pequeña
primavera que se ha colado entre semanas repletas de disputas políticas, enfrentamientos sociales y manifestaciones
valientes. Toca descansar, reflexionar,
coger fuerzas para sobrellevar futuras
ilusiones y descubrir nuevos caminos que me lleven hacia mi verdad.
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Mil besos.