Recogiendo





Llegó el momento de empezar a ajustar cuentas con las decisiones tomadas. Estoy reventada de preparar trastos para la mudanza, llevo ocho horas sin parar, enganchada a las cajas y al teléfono. Estoy muerta de sueño y me parece que esta noche poco voy a dormir. De las tres malas decisiones del año que acaba, el traslado laboral no es la peor pero sí la más agotadora por tanto cambio que implica. Menos mal que tengo diez días de vacaciones para organizarlo todo y tener unos cuantos de ellos para descansar y coger fuerzas para el nuevo puesto. Creo que aún no soy consciente de que me marcho de Granada para siempre y por ello sólo le veo el lado positivo, principalmente en lo que al clima se refiere, pues no he podido acostumbrarme a vivir cinco meses y medio de verano y otros cinco meses y medio de invierno. Catorce años aquí han sido demasiados. Añoraba el mar y esa tranquilidad de vivir en un puerto al que solo le tapaba el horizonte unos barquitos que casi nunca veías zarpar. Altea me espera y allí me jubilaré.




Comentarios

Carmen Arnaiz Verdera ha dicho que…
Me encanta Nino Bravo y no te digo nada de la canción. Buena suerte en tu caminar hacia puerto nuevo....Un beso.
Melita ha dicho que…
Me gustan los puertos, me dan sensación de libertad,puerta abierta.