Mesa por mesa





No recuerdo si alguna vez habré ido a votar un domingo al colegio electoral. La comodidad del voto por correo hace que dispongas del fin de semana para lo que surja, sin tener que dedicar ni  tiempo, ni desplazamientos, a otra cosa que no sea hacer lo que te venga en gana. 
Parece que estas elecciones andaluzas vienen a ser como unas primarias para las que han de venir el próximo año; se rumorean en febrero generales (quizás el resultado de mañana sea el detonante) e impepinablemente  en Mayo las municipales. Sólo espero que no me vuelva a tocar otra mesa en ellas.
Mañana cantaré, mi voto anónimo, en voz alta por primera vez y, espero que sea la última. Tenía planes y el deber me jugó una mala pasada en un sorteo en el que no quería participar. Definitivamente, un mal negocio cambiar una buena mesa por otra que no vale para nada.


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