Esta madrugada casi desperté.
Intentaba abrir los ojos en una confortable oscuridad y los párpados se negaban
a ceder. Me parecían pesados, pegados. Y deseaba despertar unos segundos para
comprender qué me pasaba y me fue imposible. Esta mañana, cuando conseguí
desprenderme del sueño y las sábanas, me di cuenta que anoche sólo estaba buscando
un abrazo. Y no quería despertar.
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