Recuerdo cuando mi padre nos
mandaba a mis hermanos y a mí a una carpintería que había cerca de mi casa.
Llevábamos sacos para recoger serrín de un foso que había en la misma. Uno se metía en él y con una pala iba
llenándolo hasta la mitad más o menos para poder subirlo y llevarlo. Mientras
llenaba otro, yo iba sacando los taquitos de madera que se habían colado pues
sólo nos interesaba el serrín para arrojarlo sobre el suelo del bar los días de
lluvia. No puedo evitar en tardes lluviosas como esta añorar el olor a serrín de esa
carpintería. Esta tarde me asalta la nostalgia de la familia que fuimos por lo
atípico que resultaba la falta de orden con un padre tan disciplinado. Éramos
un grupo de cinco desconocidos que no llegamos nunca a intimar familiarmente
hablando. No había ni padre ni madre, eran jefe y jefa. Después estaban los
grandes jefes (abuelos) pero hoy no tocan. Cuando se barría el suelo, ese serrín mojado
por las pisadas mojadas y goteos de paraguas hacía que este quedara reluciente,
como si se hubiese encerado. Creo que ahora no está permitido echar serrín.
Tenía su encanto y es que la memoria
últimamente se me está estirando tanto que empiezo a ser consciente de que he
envejecido, que ya tengo muchos años y los recuerdos, lo que significan y
dicen, es que ya tengo esa edad en la
que dejas de hacer planes a largo y corto plazo. Y me sigue envejeciendo recordar la calefacción,
la llegada del camión que volcaba en el almacén una montaña de carbón que
usábamos tanto para los fogones de la cocina como para calentar el edificio. Lo
pienso y me veo minúscula en la distancia, como si hubieran pasado siglos.
Echo de menos lo de antes, cada
día más y es posible que esto se deba a que aún tenía muchas cosas por hacer y
aventuras por vivir, como si cada día significara el principio de algo
grandioso y sin embargo ahora, humildemente, tenga que reconocer que no vivo la vida que
quería tener. Puede que tan sólo esté viviendo la vida que merezco vivir y no
la que soñaba.
Me sigue gustando el olor a
serrín y me siguen gustando estas tardes.
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