Cuando paseo solitaria por donde
nunca me has acompañado, alargo mi mano imaginando la tuya guiándome. Tu tacto inventado
me hace bien y no sé ya ni de frío ni de calor; mi cuerpo destemplado ya no
sabe si eres, si estás, si vas o si vienes. Sólo sabe de tu no presencia. Duermo
acurrucada al abrazo inerte de una almohada que no entiende de ausencias,
intentando encontrar un latir que me imagino cotidiano, sin reconocer el hueco horadado que en mi pecho llora cada noche deseando que no
amanezca. Pensarte duele y la casualidad empieza a hacerse insoportable.; la
casualidad de solo necesitarnos en la distancia, ignorando las oportunidades perdidas de estos
cientos de días que conforman un año esquivándonos.
El deseo araña mi alma impotente ,
intentando disimular la falta que me hace tu mirada. Y vuelvo a llorar a escondidas; lloro ya sin vivir y de mi
corazón sólo brota la nostalgia de lo que pudo ser. Tu no amante te añora como si solo
hubieses sido parte de mí, toda mía.
Comentarios
Soñar es bueno.
N