Repostando






El último día del año pasado estuvo muy bien. Muy muy bien. Después de un año tan agridulce la despedida fue justa, sin grandes alardes  pero plena de momentos archivables.  Hoy ya es otra historia, no se abre nuevo capítulo sino nuevo libro que, durante una semana dejaré inmaculado pues aún es pronto para hacer planes, ajustar cuentas  o implantar metas. Una semana sabática en todos los sentidos, sin reloj, sin internet, sin prisas, sin compañía y como pueda, casi sin mi. Algunas cosas deberían permanecer  hasta el hastío, para olvidarlas sin querer , para perdonarlas sin poder o para alejarlas sin saber. 



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