Y te echo de menos aunque te esté abrazando


Siempre había pensado que de los cinco sentidos, el oído era el que más nos integraba con el resto de personas. No lo dudaba, era obvio: la palabra te da todo el conocimiento y no tiene límites para comunicar y transmitir emociones. Hoy he entendido lo que es el lenguaje invasivo y lo mucho que puede alterar la percepción y las emociones. Las palabras usadas tienen que ser las justas, ni una más ni una menos. 
                         "Nada es mas bello que lo que desaparece ante tus ojos"
 
Con esta premisa te sumérges en una de las películas más hemosas, tristes e inequívocamente desesperanzadora que he visto este año que ya acaba pronto. Sobrada de sutilezas te arrincona en esos sillones de viejo cine de siempre hasta hacerte soltar alguna lágrima, más por la claridad emocional que transmite con ese guiño constante al pasar inexorable del tiempo, que por cualquier cursilería romántica de la que carece por cierto. Vas sintiendo en cada escena como  se escapa algo, como se pierde la vida poco a poco a la par que  el fotógrafo pierde la visión y huye "Hacia la luz" en un constante ocaso.


          

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