La nostalgia feliz


De vuelta a mi estado natural de melancolía aprovecho estos últimos días para poner en orden mi escritorio, mi casa y mi vida. Llevo más de cincuenta años convencida de que soy un ser solitario; sin necesidad de pareja ni de compartir nada, sin ganas de ataduras y deudas. A veces me he visto involucrada en relaciones que ni he buscado. Llegaban, tenían su gracia y ya está. Desde chica siempre he tenído más claro lo que no quería que lo que quería, lo cual era más fácil pues me limitaba a ir descartando caminos que no deseaba andar. Nunca he necesitado compartir mi intimidad pues esta sólo me pertenece a mí aunque tenga que reconocer que me he vuelto más sociable con el tiempo y esto no implica dejar de ser privada.

No voy a dejar que nadie ni nada me cambie a estas alturas y si en algún momento me han herido, he aprendido a ajustar las distancias. Creer que necesitamos necesitar es un error que nos empequeñece  y nos convierte en seres vulnerables que dan lástima. Si la tristeza es un rasgo de mi carácter y no hace mal a nadie..¿por qué tengo que luchar contra ella? Me tiene despierta y en guardia.









Sin ganas de esperarte para nada
ni fe por depositarme en ti
me sobraban razones y medios para ignorarte
pero me enternecía  tu frágil para qué.
Tanto tiempo esperándome,
tantas excusas a otras almas ya olvidadas
pero era yo, nadie más, tu evidencia que duele
y duele el tiempo perdido
duele como el saber que ya no hay mañana,
este río no va a rozar más  tu orilla
moverá otros molinos, otras plantadas
esta piedra que hoy soy  jamás
volverá a ser erosionada.
Temer dormir en mi pecho demostraba tu farsa:
nunca disfrutáste tan descansada,
muchas copas derramadas para nada,
sin saber que antes ya me  amabas.



Comentarios

Carmen Arnaiz Verdera ha dicho que…
Llega el momento de todo y la mayoría de las veces, ese momento lo perdemos por nada. Nadas en tu melancolía y te sientes a salvo, pero hay que estar alerta, para que la tristeza no se funda demasiado con la apatía. Precioso el poema, precisas tus palabras. Besos gaditanos