Pues no. Estoy harta de espíritus pusilánimes, de tanta
humillación y vasallaje. Ya bastante carga es soportar los caprichos de los
demás, sean con intenciones claras o producto de ambiciones personales.
Hoy me duele todo y mis dos manos no dan abasto a tapar las
heridas que me provocan la indecencia de personajes que como único fín
pretenden satisfacer un ego a costa de mi paciencia y tolerancia. Basta ya!.
La decepción que me ha provocado
la actuación del estado ante el
atropello de los derechos de millones de personas no hace más que aumentar las
ganas de reaccionar de una vez por todas, coger el camino y cortar por lo sano.
Estoy harta también del lloriqueo marica
de elementos que aprovechando su tirón popular pretenden dar clases de honestidad.
Lágrimas de cocodrilo que se me agolpan en las pupilas como si de ácido se
tratase. Qué bueno se es cuando se puede marcar una “barrera de seguridad”
señalando la distancia insultantemente imaginaria entre el saber ,el sentir y el
estar.
Son los “intocables” los que
están marcando nuestro destino. Estar a merced de quienes no tienen nada que
perder debería hacernos rebelar, coger el palo y actuar como si de una piñata
se tratara para acabar de una vez con tanta manipulación. Nos han impuesto una
moral urdida inteligentemente para tender la mano, poner la mejilla y hasta a
veces, poner el culo: noooo. Si pretenden darme por culo dame al menos el
gustazo de disfrutarlo! ¿He dicho que estoy harta? Harta de tanta hipocresía;
harta de que jueguen con mi buena fé, harta de que se caguen en mis sentimientos,
harta de inútilmente comprobar cada día
como no hay manera de verme feliz.
Hoy me cago en más que en casi
tó. Especialmente me cago en Francisco Franco por empeñarse en llevar a
Cataluña y País Vasco todas las industrias, por dejar en mi pueblo sólo el paisaje
de decenas de torres de iglesias y ninguna chimenea industrial. Y me cago en
Franco por no legalizar el aborto en 1939. Me cago en Rajoy por blando, me cago
en Sánchez por traidor, me cago en Puigdemont por insensato, me cago en Iglesias por envidioso
y me cago en esta puta España que reniega de su historia acomodada sobre la
sangre de quienes la derramaron defendiendo su unidad.
Es el tiempo de esos progres que
abren las fronteras a los exiliados o refugiados
terroristas y cierran las puertas a sus hermanos. ¿Han ganado? Desármate para
que pueda aniquilarte parece la consigna.
Yo tampocoo tengo nada que
perder, quizás alguna lágrima. No tengo nada que perder.
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