Esperando que no llegue





Necesitaba un finde así. Anoche sé que perdí un poco el control pero hoy ya he puesto las cosas en su sitio bajo unas gafas de sol de cuerpo entero.
Disfrutar de tanto espacio y ambientes para mí sola sí que se pueden considerar magníficas vacaciones de cuarenta y ocho horas. Encontrar ya un rincón en que me esperan castañas, nueces, membrillos   y algún boniato a pesar de esta  temperatura provoca una paz que no tenía desde hace...años. No sé qué tiene el otoño pero a mí me sienta muy bien. Ahora que el sol ha perdido la insolencia del verano y se aviene tímido y distante a mi terraza,  recupero parte del tiempo y de la energía perdida. ¿ Por qué si basta con tan poco nos empeñamos en desear lo que no necesitamos?. Las palabras nos lían.
Tengo dos libros que siempre he utilizado como el regalo perfecto para mis amistades sin quebrarme la cabeza y nunca he visto oportuno dar los dos a la misma persona: El arte de la prudencia y El señor de las moscas.
Del primero decir que tras la Biblia, es el gran libro. El señor de las moscas es otra cosa. Cuando alguna vez lo he sacado a cuento en una conversación me ha sorprendido que no se conociera ni “sonara”. Y estos días viene a cuento otra vez  porque representa todas las conductas humanas que estamos viendo en el esperpéntico espectáculo del referéndum catalán. Cada  partido es representado por un personaje que se agita en un entorno donde la maldad se impone al faltar el orden y la disciplina.
Hasta hoy, nadie ha estado a la altura ; se han acomplejado tanto en el denostado papel de la derecha que ya hasta se avergüenzan de imponer la razón y orden a la fuerza, que es lo que esperamos los ciudadanos contrarios a esta locura. Otros callan esperando que tras agitar el árbol les caiga libres y sin esfuerzo los frutos anhelados desconociendo que este también es tiempo de caquis y estos llegan reventaos al suelo. Los que están deseando formar parte de la historia son tan ignorantes que su atrevimiento no tiene fín. Y ya al final figuran agazapados cobardemente las alimañas que sólo desean la destrucción de España pero que carecen del espíritu necesario y valor para conseguir las cosas con esfuerzo. Destruir es el único objetivo cueste lo que cueste ( que a ellos no les cuesta nada).
Reitero mi convencimiento de que mañana no va a haber referéndum pero sé que empieza la cuenta atrás para la segregación del estado español. Si no eres capaz de defender lo tuyo, no eres digno de tenerlo.

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