Evitar lo evitable


Es una pena no poder aprender de las experiencias ajenas ni tan siquiera de las propias. Será verdad que el camino se hace al andar y de nada sirve seguir otras huellas, no es nuestro camino. Faltan palabras y sobran actos cuando la felicidad la tenemos al alcance de la mano y nos empeñamos en imponer nuestro orgullo.

La transparencia es una virtud, que si bien nos hace vulnerables, nos hace tender una mano sin condiciones para hacer el camino en compañía. Debe ser que son tantas las oportunidades que se nos presentan, que somos incapaces de decidirrnos por las que nos convienen realmente y el fín de acertar se convierte en un "ensayo y error" que termina imponiéndose más por descarte que por atino. Este proceso es agotador pues despilfarramos nuestra energía vital sin entender que esta nos pasa factura.

Cada vez nos quedan menos fuerzas para emprender nuevos caminos ya sea por pereza o por miedo para asumir otros fracasos. ¿Y si fusionamos la razón y el corazón ?  No se puede perder lo que no se tiene y por eso asumir los riesgos, saber aceptarlos, nos abre las puertas a muchas experiencias malas y buenas pues lo importante es vivir avanzando.

 Evitar lo evitable es tan fácil como cerrar los ojos y no querer ganar por miedo a perder.



Comentarios

Carmen Arnaiz Verdera ha dicho que…
Me encanta esa canción, gracias por subirla. Mira, me gusta tu reflexión y que te parece esto que te dejo; "El hombre reflexiona con
la cabeza para que el pensamiento descienda al corazón donde encuentra su vigor, mientras que la mujer discurre con el corazón para que su instinto recobre la luz de la razón". Es del libro "Los girasoles ciegos". Un beso. Carmen
Melita ha dicho que…
Pues sí, me gusta también la frase que has dejado.¡Somos tan diversos!