No sé si es porque sus colores se rebelan contra los blancos y negros venideros por lo que me gusta esperar cada tarde en la puerta de mi casa despedir el sol con ternura y melancolía. Reconocer que la casi tristeza de este tiempo anima mi alma con la impaciencia de la esperanza hasta hacerme retroceder a una niñez de castañas y aguardientes me indica a cada paso, lo dé o no, que debo seguir adelante.
Cada día es empezar y seguir; cada beso es amar y olvidar.
Comentarios
Te ha quedado de poema.
Besos