Un semáforo que me estresa

Hoy he cronometrado el (los) semáforo que cruzo cada mañana para ir a desayunar; son dos pegaítos entre Reyes Católicos y Puerta Real. No hay manera de cruzarlos relajadamente y hablo de no más de 20 metros pues están puestos a 19 segundos sincronizados los dos y los últimos 6 siempre voy volando y esquivando guiris que no sé porqué me tocan unos 60 en el paso de peatones tanto si voy como si vuelvo. ¿A nadie más le pasará?
Esta es la preocupación más grande que hoy he tenido: el puto semáforo. Hoy ha sido la víctima de mis quejas tras dos días refunfuñando con los resultados de las elecciones catalanas e intercambiando todo tipo de chistes a cuenta de estas por el whatsapp. Lo tengo decidido y en Febrero les haré una visita que ya toca xató y carnaval en plan reconquista. 
Decir que no entiendo de nacionalismos ni nacionalistas, que esa semana que tocaba no fui a la escuela por gripe, pero me ponen los pelos de punta los americanos cuando se echan la mano al pecho al escuchar su himno o izar su bandera. Son más millones, más km de tierras, más estados, más mezcla de gentes de todo el mundo, conquistadores diversos y sin embargo entienden que son más y mejores si están unidos.
No volveré a ver ninguna peli de Trueba, al menos pagando, porque un gilipollas que recibe un premio y se caga en el no demuestra otra cosa que la de ser un desagradecido y no merecer ni la luz del sol. Cada vez estoy más a favor del aborto, de ese que yo digo "retroactivo".
 
Y hoy sólo me he quejado del semáforo. Bonito día y bonita tormenta la de anoche. Me pongo las pilas con este vídeo pues por fín ya tengo la entrada para el concierto.
 
 
 

Comentarios

Carmen Arnaiz Verdera ha dicho que…
Que disfrutes el concierto, igual que yo lo hago con tus escritos.
Un beso