Dejarse renacer

 
 


Hace dos años a mi vecina un enamorado le regaló una planta de orquídeas con dos flores. Como no la quería, pues el enamorado no era el deseado, me la regaló pensando además en que su efímera existencia desaparecería sin rastro rápidamente. A los pocos días, efectivamente, las flores desaparecieron y sólo quedaron una planta verde central de anchas hojas y dos ramitas de las que prendían las dos flores. Ha pasado el tiempo y hoy he fotografiado el renacer de las orquídeas quedando aún otros cinco capullitos por eclosionar. El año pasado no dió flores pero ha merecido la pena esperar.
 
Desprenderse de algo que tiene vida, de algo cuidable y mimable es una atrocidad, pues con tiempo y mimo, todo puede llegar a ser más bello y útil. La planta no pudo rechazar mi ayuda..¡ ays si los humanos aprendieran....!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Recibido. Acepto tu ayuda y tus mimos.
Anónimo ha dicho que…
Linda.En tan buenas manos no es de extrañar.