Cosas de la crisis y la indignación general

Tiene gracia que todo el mundo ande ahora indignado con las tropelías que se han realizado en los últimos tiempos en España, como si eso hubiese sido algo de hace cuatro días.
El mangoneo general de políticos, cargos de libre designación, directivos, mandos intermedios y otros no se denunciaron en su momento porque todos teníamos la panza llena y mucho tiempo libre. En el fondo somos cómplices porque mientras veíamos esto crecer hemos echado la vista a otro lado pues usábamos la estrategia de reflejarnos en los de arriba para justificar nuestras irregularidades:

-Yo defraudo porque el de arriba defrauda más (debíste denunciarlo)
-Yo robo porque el de arriba roba más (debíste denunciarlo)
-Yo me doy de baja porque el de arriba lo hace (debíste denunciarlo)
-Yo no cumplo con mi horario porque el de arriba se va antes que yo (debíste denunciarlo)
-Yo derrocho porque el de arriba derrocha más (debíste denunciarlo)

y así quinientos renglones más.

"El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra"
                                                                 (San Juan 8, 111)

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