Agora y premios

La semana pasada empecé a escribir un post sobre la película de Amenábar y no lo terminé por no pecar de injusta ya que no podía ser posible que no me hubiese gustado nada; me dí un tiempo antes de publicarlo para ver si mis críticas se suavizaban o mejoraba mi opinión sobre ella. Era la segunda película que me decepcionaba en menos de mes y medio, la segunda película española de otro director de moda: mucho arroz pa tan poco pollo, resumiría yo.

Me pareció una película fría, así la comentaría, y sales del cine con una idea en la cabeza que te machaca sobre lo malos que son o eran los cristianos y desde luego no me pareció un canto a la tolerancia en ningún sentido.

¿ Qué clase de locos santificarían a Cirilo ?. Seguramente los mismos que dan los premios Nobel de la Paz. Por suerte o por desgracia, el tiempo nos entrega la verdad en bandeja de plata por mucho que las ideas, las religiones o las políticas de turno hagan la sociedad "a su medida" creando unas normas o religiones de conveniencia sin ningún pudor ni ética. Y siempre es igual por los siglos de los siglos, el bien y el mal no pueden perder su verdadera identidad por capricho humano.

Creo que no volveré al cine hasta el año que viene y me quedaré en casita disfrutando de pelis en dvd tipo "El tren de la vida" o "Peregrinos" que al menos te dejan una sonrisa en el rostro.

Puestos a reflexionar, una recomendación: "La vida por delante" de Romain Gary, que este fín de semana tuve la oportunidad de ver interpretada por Concha Velasco y otros excelentes actores en el Isabel la Católica. Una delicia.