Tanto calentarse el Ministro de Industria la cabeza con el tema del ahorro energético e impacto ecológico para que un puñado de vecinos de mi pueblo hayan creado toda una tesis sobre el desarrollo golfístico sin hierba, sin agua, sin luz, sin carritos y sin guiris en medio de un desierto cuyo únicos espectadores son los lagartos y alacranes.
Sin duda se habrá disparado la venta de pelotitas de golf en la comarca porque dudo que alguno de estos jugadores sea capaz de encontrar la bola después del primer golpe entre tanto matorral y chaparro.
Dicen que son ya 80 socios; y yo me reía la pasada semana del pueblo que iba a hermanarse con Hollywood.
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