Lo que parece que trae el 2008 ( y dejó el 2007 )

Diga lo que diga, haga lo que haga, el tren de mi vida sigue encarrilado por los raíles de Murphy. Santa paciencia me han traído los Reyes ( además del libro "Jesús de Nazaret" ) y fuertes emociones me dejaron las Reinas; han sido las navidades menos familiares que he pasado pues sólo tuvieron para soportarme en el hogar familiar el 24 y el 1.
La primera parte descansé en la playa y la segunda me flagelé en las Alpujarras de donde me traje un bonito catarro que me ha cogido tanto cariño que se niega a abandonarme. Creo que padezco el síndrome de Estocolmo y ya no me imagino sin ese moquillo travieso resbalándoseme por el labio. Hasta he ido hoy al médico aunque no me quedé: viendo en la clínica privada a tantos doctores "payos ponys" mi sentido común me ha dirigido a una farmacia ( tras parada en mi pastelería favorita ) a por un jarabe panacea que ya empieza a hacer efecto.
Este 2008 empieza con muchos días libres, hoy uno más, y espero que el hecho de existir en él un 29 de Febrero no me haga llegar al 2009 con alguna arruga de más.
Será un año profesionalmente decisivo casi quiera o no. Algo cambiará. Por lo pronto me afianzo en mi faceta de formadora y la semana que viene me voy a Madrid a recibir instrucciones a la vez que a cobrar o pagar una apuesta. Bueno, creo que también este mes recogeré el premio allí. Me sacaré un bono pal metro.
En fín, que este 2008 tiene buena pinta, los años pares no han sido siempre los mejores para mí pero este puede empezar a marcar una nueva tendencia.

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