Wi Fi

¡Qué gran invento!
Aquí estoy sentada en mi terracita observando el regreso de los barcos al puerto bajo la atenta mirada de un atardecer de color septiembre. Es un atardecer de aspecto tímido, los calores de días anteriores parecen perdidos y la estancia a estas horas al aire libre se hace más que agradecida.
Hoy he visitado mi antigua oficina, tres años lejos ya, y todo ha cambiado: la gente ha rotado o cesado y de mis antiguos compañeros ni rastro aunque los que ahora están eran conocidos de otras oficinas de la provincia. Ahora hay tres chicas; el aseo femenino fué durante mi estancia allí coto privado, hoy compartido. Son todos bastante jóvenes y sólo uno quizás sobrepase los cuarenta. No sé si alguna vez escribí en este blog algo de Berja, ciudad curiosa y fascinante que abre la puerta de las Alpujarras a Almería. Merece la pena. Mirad la ruta de las fuentes.
Mañana toca cena ( La Gruta ) y feria con mis dos amiguitas que agotan su tiempo por estas tierras y con las que deseo tener una buena noche de fiesta y diversión para que vuelvan alguna vez. Las llevaré también al Drácena. Allí he quedado con una buena amiga a la que veo una vez al año y a la que me une la historia de encuentro más curiosa jamás contada.
A ver si las convenzo ( o emborracho a estas dos ) para que se queden un par de días más.

Comentarios

Hei Jei ha dicho que…
jo, me quedo con ganas de saber la historia de encuentro curiosa jamás contada.
que disfrutéis mucho!

besos pa las tres.
Hei Jei ha dicho que…
me has impresionao con tu 100%, lo admito ;-)