Mobbing laboral

Si fuera abogada ahora mismo iría camino de Hungría para dejar mi tarjeta a Fernando Alonso.
Dicen que el problema del mobbing es difícil de denunciar por falta de pruebas pero tras comprobar lo ocurrido este fín de semana en el Gran Premio de Hungría y la sacada con la grúa del coche de Hamilton hace dos semanas ningún juez o jurado podría dudar el acoso laboral al que está siendo sometido Alonso por parte de sus jefes y compañeros de equipo.
Partiendo de la premisa principal que es el hecho de que Alonso sea un trabajador a las órdenes de la escudería angloalemana una demanda contra su empresa no sería una frivolidad sino un toque de atención sobre como en otros ámbitos laborales se putea a un asalariado y en esto me viene a la cabeza las jornadas que Beckcam pasó alejado de los campos de fútbol tras anunciar su marcha al fútbol americano.
Si los deportistas profesionales son también trabajadores, deberían empezar a defenderse de esos jefes que presionan, ningunean, apartan o chantajean.
Un recuerdo también para el mundo del ciclismo que va tirando muchos héroes por el camino, entiendanse Olano, Pantani.....etc.

Comentarios

Nefer ha dicho que…
Sin duda una gran putada!