Ayer fué un día de comida familiar con precalentamiento de Navidad rodeada de cada vez menos sobrinos pero más pedigüeños. Creo que si llego, seré una ancianita tía mimada.
A destacar una anécdota sobre la amiga de mi cuñada que es una gran amante de reptiles , anfibios e invertebrados en general ( en el fondo todos tenemos algunas filias a seres rastreros ) y que se resume en el hecho de que un familiar le regaló una boa ( sin novio, eh ) pequeñita y que se hizo la princesita de la casa. Creció en el calor del hogar y por este rastreaba a sus anchas quedándose a dormir siempre en un habitáculo habilitado en una habitación ( poco hábil mi descripción ) hasta que últimamente aparecía de vez en cuando en su cama estirada totalmente junto a ella por las mañanas.
Claro, al principio le hacía gracia este hecho ¡ qué linda serpiente ! pero al irse toditas las noches la boa a su lecho decidió comentárselo a su veterinario. Respuesta de él:
_ Hay que sacrificarla enseguida; te está midiendo.
Ni que decir tiene que se nos atragantó la sopa de turno y un escalofrío recorrió la espalda de todos los comensales. Y decir que es un caso real, ni leyenda urbana ni una historia para no dormir.
Pero pensándolo bien.... ¿ quién no ha amanecido alguna vez junto a una serpiente con ganas de fagocitarnos ?. Los humanos también pasamos parte de nuestro tiempo tomándonos la medida unos a los otros: convivir es calibrar.
A destacar una anécdota sobre la amiga de mi cuñada que es una gran amante de reptiles , anfibios e invertebrados en general ( en el fondo todos tenemos algunas filias a seres rastreros ) y que se resume en el hecho de que un familiar le regaló una boa ( sin novio, eh ) pequeñita y que se hizo la princesita de la casa. Creció en el calor del hogar y por este rastreaba a sus anchas quedándose a dormir siempre en un habitáculo habilitado en una habitación ( poco hábil mi descripción ) hasta que últimamente aparecía de vez en cuando en su cama estirada totalmente junto a ella por las mañanas.
Claro, al principio le hacía gracia este hecho ¡ qué linda serpiente ! pero al irse toditas las noches la boa a su lecho decidió comentárselo a su veterinario. Respuesta de él:
_ Hay que sacrificarla enseguida; te está midiendo.
Ni que decir tiene que se nos atragantó la sopa de turno y un escalofrío recorrió la espalda de todos los comensales. Y decir que es un caso real, ni leyenda urbana ni una historia para no dormir.
Pero pensándolo bien.... ¿ quién no ha amanecido alguna vez junto a una serpiente con ganas de fagocitarnos ?. Los humanos también pasamos parte de nuestro tiempo tomándonos la medida unos a los otros: convivir es calibrar.
Comentarios
Desde luego a mí también se me han puesto los pelos de punta.
Siempre hay que tener cuidado con lo que te levantas al lado por las mañanas.