Hogar, dulce hogar

Once meses, justo once, ni un día más ni un día menos. Once meses de tránsito que echando la vista atrás parecen menos porque como decía mi abuela, hambre que espera hartura no es hambre ninguna. Sentada en el suelo en medio del salón. Ningún objeto perturba mi vista porque no hay nada; estamos cara a cara mi hogar y yo haciendo planes para un futuro perpetuo. No más cambios ( al menos hasta que no se me olvide ), no más traslados de ciudad pues ya van cinco y es hora de que siente la cabeza. El suelo es suave y me siento cómoda. Mi nuevo hogar. Ahora caigo en la cuenta y me pregunto:¿ Dónde he estado estos once meses ?. No he estado, simplemente he hibernado esperando que llegara el momento de ser yo y florecer de nuevo. Me siento fuerte y segura otra vez y quizás ha llegado el momento de dar explicaciones, de pedir disculpas, de solicitar perdón a mis seres queridos y sobretodo agradecerles su paciencia y cariño.
Hoy me siento feliz sentada en el suelo de mi hogar, aún vacío hogar pero lleno de planes.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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