Palabras

Mi lápiz yace olvidado
adormecido entre perversas hadas
abandonado en un adiós robado,
arrojado al pozo donde ahogan alas.

Y no son versos esto que escribo;
son silencios callados a gritos,
mentiras ciertas mancilladas de espinos
codiciados secretos de mi alma en un hilo
balanceos de idas sin vueltas,
retornos de inacabados caminos.

Al estúpido juego de palabras llaman poesía,
presiento que ni con mil te bastaría
y a mí hasta con dos me sobraría.
¡Qué digo dos!
con medio te quiero te enamoraría...

Comentarios