Cosas que pasan. O no.

 

 

El edificio empieza a vaciarse. Ya a penas coincido con nadie en el portal ni en el ascensor. En la calle puedo aparcar sin problema e ir sin hacer cola a comprar al súper de abajo. Estoy por casualidad esta semana aquí  y creo que me voy a quedar otra más. He retomado mi ritmo nocturno y madrugo otra vez antes de que amanezca aprovechando el frescor para poner en orden  mi casa y mi vida. Creo que ya no dejo nada al azar, no hay necesidad cuando tienes claro lo que tienes que hacer. Hacía mucho tiempo que no tenía el pelo tan largo y me gusta. Tengo que escaparme para ver una amiga que me espera cada día. El coche se me ha quedado grande y llevo días buscando uno  que aparque sin maniobras en su parking. Sigo viva. 

 


 

 

Comentarios