A saber si lo del cambio climático existe. Dice mi sobrino que las afirmaciones científicas hay que hacerlas con perspectiva real y esta sería recordar los millones de años con estadísticas verificadas milenio a milenio mirando también con lupa los ciclos de glaciaciones. Resumiendo, que vivimos tan poco tiempo, y la humanidad existe desde hace tan poco que no podemos casi afirmar nada a la larga. Hay unos insectos de la familia de los eferópteros , llamada efímera, que no viven ni venticuatro horas. Si entrevistásemos a varios de estos insectos nos dirían que en la tierra siempre hace mucho calor si nacieron en Julio en Ëcija o que siempre hace mucho frío si nacieron en el polo norte. El caso es que este año está siendo la primavera más imprevisible de las últimas que yo he vivido. Y agradecida que estoy. Este mes entre unas cosas y otras, la prejubilación y el estreno de casa nueva en la playa está consiguiendo mantenerme bastante feliz. Tic tac. Todo esto no deja de ser relativo pero me he atrincherado en ciertos parámetros que simplemente me dan la razón: lo que hay es lo que tengo y no pienso buscar nada más. Cansa probar siempre lo mismo porque el resultado es igual. Para actuar de otra manera debería volver a nacer y todo el mundo sabe el miedo que me da la reencarnación. ¿Nacer otra vez? No, gracias. Ahora se me presenta por fín la buena vida aunque Damocles no me quite un ojo de encima.
Pobres efímeras. Lo mismo querrían comprarse unas gafas de sol y nunca les llegarían a tiempo por Amazon.
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