La verdad es que el lío de formar ayuntamientos y comunidades tras las elecciones municipales está dejando gratas sorpresas. Y está bien de que sean justo antes de unas inmediatas generales.
Olé por la candidata del PP en Extremadura (quizás mañana me tenga que comer mis palabras) pero no se puede tener una actitud más digna que la que ha demostrado poniendo donde merece a Vox. Los pactos en otros sitios no son una carta blanca que permitan entrar a cualquiera en el juego político que se avecina. No es la plaza extremeña un objetivo que debiera preocupar a los populares teniendo en cuenta que ha sido el PSOE el partido más votado (aunque empatado a escaños con PP,) a pesar de los desagravios que también sufren desde el poder central de su mismo signo y basta con ver lo aislados que están territorialmente, a los últimos trenes me remito. Si se repiten elecciones y termina gobernando el PSOE el PP habrá ganado mucho de cara a las generales aunque estas serán antes.
Que haya entrado a saco Vox en Valencia no me gusta pero tampoco me va a quitar el sueño, al igual que Baleares pues son dos comunidades que estaban siendo fagocitadas por el colonialismo catalán independentista . En Valencia y Baleares Vox ha obtenido demasiados buenos resultados y es una obviedad que allí había que ceder porque el apoyo que tienen es importante. O eso, o lo que había. A los de Abascal hay que direccionarlos y reeducarlos, que se puede, porque sus votantes no son tan extremos como dejan ver algunos de sus candidatos pero sí que es cierto que allí sí que hay que tomar decisiones contundentes que borren el adoctrinamiento tan brutal que han padecido. El gobierno saliente valenciano no puede presumir de feminista viendo las causas en las que están imputados muchos de sus altos cargos y tener a un ex torero ahora a cargo de Cultura me parece más que interesante por el contrapeso que implica. Por cierto, además de torero es licenciado en derecho y empresario, no se limita a regentar un kiosco de prensa. El machismo y el feminismo se demuestran con actos, sólo mantengamos los ojos bien abiertos y después juzguemos. Son sólo cuatro años, todo reversible si llega otra mayoría. Mientras tanto la vida sigue.
Quien ha bajado ya los brazos en su particular batalla con su designada a dedo es el marqués de Galapagar. Es un tipo listo, y muy malo. Por eso ya se frota las manos ante un posible gobierno PP-Vox que le daría argumentos (de los suyos adoctrinantes) para lanzarse a las calles e incendiar la legislatura desde el primer momento. O todo o nada . Sabe que si volviera a tocar moqueta lo haría con una república que es a lo que aspira desde siempre. Y otra vez en el gobierno su señora y acólitos repartidos en secretaría de estado. Esperemos que la historia no se repita y que Sánchez no sea la reencarnación de Largo Caballero ni Yolanda la Pasionaria que señaló a Calvo Sotelo.
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Mil besos