Detesto a las personas apegadas a la carne, esos seres que sólo te miran al entrar y al salir. Los que saben todo y no entienden de nada, los que te juzgan buscando su expiación. Detesto a quien se acerca para hurgar en mi alma intentando encontrar sentido a su vida. Detesto el desorden que me dejo hacer sin apenas poner resistencia.
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Besos.
Mil besos