Mayo agostea


 

 

Me da tristeza y rabia vivir en este lugar que carece de primavera. Terminaban de caer los últimos copos de nieve en nuestra sierra cuando nos ha invadido un calor, realmente insultante, sin previo aviso. ¿Qué fue de aquel mes de las flores en el que nos enfundábamos la rebequilla del uniforme? No sé si al envejecer el ser humano por lo general piensa que el mundo está cambiando muy deprisa. Tengo un sentimiento que sabe a duce derrota, el de pensar que poco más puedo hacer después de haberlo hecho todo.

El mundo va a un ritmo frenético y ahora es fácil saber a cada minuto lo que acontece en cualquier rincón del universo y sin embargo no consigo descifrar lo que sucede en mi interior. Mi cuerpo va por un lado, mi cabeza por otro y mi corazón ¡ay corazón! no sabe por quién o por qué tomar partido. Estoy paralizada y, sin embargo, envuelta en una velocidad de vértigo a los que los demás seguramente llamarán vida.

 

*Un guiño para Cádiz. Aquí de duelo.

 


 

Comentarios

Noelia Cano ha dicho que…
A veces estamos tan pa'fuera, con tanta globalización y tanto estar conectados, que ignoramos el adentro que es lo más importante.
Un abrazo.
Melita ha dicho que…
Así es. Miraré más "padentro". Un abrazo