¡Qué pereza! No sé si es cosa de la edad pero me encuentro totalmente desmotivada . No es cansancio ni tristeza, simplemente que lo que veo me aburre. Se está construyendo un mundo tan extraño por parte de todos los mediocres que lo dirigen que, sinceramente, quiero desertar. Abunda la piel fina y yo no estoy ya para tantas tonterías y remilgos.
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Besos mil