Cuando casi todo el
mundo está preparando maletas e ideando viajes, yo ansío la vuelta al trabajo
para poder descansar y desconectar de unos meses intensos en cambios y
emociones antaño perdidas. Quiero volver a lo de siempre porque ahora puedo
mejorarlo. A veces es necesario visionar lo que se puede ser y no se debe, para
hacer músculo sin caer en las trampas del ilusionismo rancio. Percibir el
peligro como oportunidad de mejora es una bendición que, hasta que no te golpea
con la crueldad de quien no saca nada a pesar de la sangre derramada ,no se
entiende sino por el empeño de perdonar para hacernos mejores.
Nada es gratuíto. Las
lágrimas que recorren nuestro corazón no erosionan más que cualquier tormenta en
un desierto estéril. El tiempo pasa implacable, justiciero, y el rostro ya no
lo podemos embellecer bajo ninguna máscara de porcelana. Se desnudó en su última mirada.
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Mil besos.