Soy como un vaso lleno de agua.
Demasiado abierto y en él van cayendo toda clase de sustancias que pululan a su
alrededor y otras que algunas personas se empeñan en arrojar. Macero hierbas,
disuelvo sales, hiervo, hielo, suspendo polvos y me enmascaran. Después vuelvo a mi transparencia y todo es paz. Otra ilusión.
El poso está ahí cada vez más grueso, agazapado, robando espacio al agua. Es mi
alma y temo que un día se agite tanto que me enturbie para siempre.
Comentarios
Me ha gustado eso del vaso de agua. Y si, lo importante es nuestra capacidad para dominar el poso.
Me encantó.Mil besos.
Yo no sé si creerlo.
Besos.
Abrazo de la infeliz vocacional
N
Me gustó esta otra vuelta, y sin miedo a mareos, aquí me quedo... Un beso.