Cómo me gustan estos días





Anoche, de madrugada, las primeras gotas me despertaron . Me levanté a abrir la ventana para oírlas mejor y ya no fui capaz de volverme a dormir. Como signo de agua que soy, imagino la complicidad de la lluvia conmigo. Y dan para mucho los días que comienzan antes del alba. Descargué el manual del nuevo móvil que se me presenta lleno de herramientas desconocidas  y que no quiero dejar de aprovechar pues, como en la vida, muchas veces no somos capaces de sacarle todo el partido posible por pereza o apatía. El prematuro  café me  acompañó releyendo mis primeros  post de este blog que en unos meses cumplirá quince años.  Y me sorprendió.  ¿Así  era, pensaba y escribía entonces? Aún reconozco en mí esas notas de ironía pero me veo ya muy cambiada, no porque haya cambiado mi manera de ser, simplemente he perdido la capacidad de expresar mis sentimientos de una manera tan osada. 
He reencontrado comentarios de personas que tenía totalmente olvidadas y otras que aún siguen formando parte de mi vida. Había bastantes anónimos que me ha costado reconocer  teniendo que tirar de memoria para ubicar la historieta sentimental correspondiente.Me provoca cierta tristeza la superación de amores pasados, amores vividos y sentidos sinceramente y a los que no suponía fecha de caducidad pero... estos pasan, se quedan atrás mientras nos adentramos en nuevas experiencias deseando que sea la última. Y la última parece que no termina de llegar aunque quizás no tenga porqué llegar. Empiezo a tener la certeza de que mi destino va a ser otro y me empiezo a encontrar realmente feliz aunque la felicidad sé que no existe.
 Mis días vacacionales están dando sus últimos coletazos. Han sido muy generosos este año conmigo y he aprendido que el bienestar está en la sencillez de vivir sin esperar grandes cosas porque realmente no se necesitan grandes cosas sino pequeños momentos, pequeñas alegrías, pequeños retos y saberlos caminar con pequeños pasitos disfrutándolos mejor, con o sin compañía.

Me encantan estos días que comienzan bajo la lluvía. Así empecé las vacaciones muy lejos de aquí y así acabarán. Hoy permaneceré todo el día con el uniforme del hogar, en pijama, agradecida por la quietud y paz que hallé.




Comentarios

Laura ha dicho que…
Uniforme del hogar...jajajaja nunca lo había oído...
yo digo vestida de domingo.
Besos.
Melita ha dicho que…
Bueno, aquí el uniforme de los domingos es el chándal, que nos gusta estirar las patas. Beso.
Si ha dicho que…
Habrás disfrutado de las tormentas estos días pero yo he pasado miedo esta madrugada.Elcambio climático nos llevará a todos por delante.Estuve poco tiempo en el anonimato para pasar después a la reserva.

Mil besos
Melita ha dicho que…
Demasiado telegráfica. Silvia, mira el buzón en un ratito.
guille ha dicho que…
Me ha gustado mucho esta entrada, me transmite la calma de ver que lo que hay es suficiente, que el evolucionar no ha dejado que haya traición, que se sabe disfrutar de lo que hay...

Me gusta la lluvia en dos ocasiones: cuando la veo desde casa y en verano cuando moja y refresca.

la suma de esas pequeñas cosas, momentos, alegrías, retos es lo que consigue que nuestros días valgan la pena.
Melita ha dicho que…
Empiezo a sentirme como una pequeña sámara mimada por un generoso viento. Una abrazo Guille.
Carmen Arnaiz Verdera ha dicho que…
Me sucede lo mismo, me refiero a lo escrito años atrás y lo nuevo. A veces no se encuentra la palabra para definir algo que sentimos, pensamos, soñamos, porque ya la palabra esta dicha, es el sentimiento que reverbera como esa agua de lluvia que te moja, te refresca, hace que busques refugio, chapoteas en ella. En fin, yo no uso pijama. Besos mil.
Melita ha dicho que…
Lo escrito años atrás muchas veces se evapora, otras se filtra en la tierra o acaba de nuevo en el mar para empezar un nuevo ciclo. Así son las palabras, como lluvia y nosotros decidimos si empaparnos o no. Beso.