Me gusta viajar en coche. La
intimidad que da estar durante horas sin poder huir encerrada en un par de metros
cuadrados es una situación, que al pasar el tiempo, me atrae cada vez más. Esta
Semana Santa me he hecho unos cuantos miles de kilómetros de carretera y he
vuelto nueva de espíritu y de alma. Muchos temas tocados, alguna confidencia, buena música pero sobretodo, muchas risas. Necesitaba desconectar, el trabajo me
tenía agotada y he vuelto cargada de energía tras el tute de viaje que me he
pegado. No esperaba este resultado tan positivo. Una buena terapia viajar con
la gente adecuada.
Comentarios